#49 Cómo gestionar las finanzas con tu pareja
Julio y Constanza se conocieron en tercer año de U. Él estudiaba ingeniería civil electrónica y ella ingeniería civil industrial en la UTFSM. Sansanos, cuadrados y mateos los dos.
Julio venía de Los Ángeles, de una familia humilde más de campo. Nunca le faltó nada en cuánto a estudios, pero tampoco podían darse grandes lujos. Vacaciones en auto al sur, nunca un viaje al extranjero.
Constanza es oriunda de Antofagasta, su papá trabaja en minería toda la vida así que estaba acostumbrada a un nivel de vida bastante acomodado. Casita con piscina, auto de regalo cuando se graduó de 4° medio y viajera frecuente al caribe.
Todo eso no importó para que se gustaran y empezaran a salir. Luego de unos meses se pusieron a pololear y todo era maravilloso. Julio se incomodaba cuando salían a comer. En su familia le habían enseñado que “el hombre es el que paga”, pero no le alcanzaba para los restoranes y bares que le gustaban a Constanza. Esa molestia la pensaba pero no la decía.
Pasó el tiempo y se convirtieron en una pareja estable. Tenían discusiones de vez en cuando, ¿pero quién no las tiene?
Esto mejoró levemente cuando ambos se titularon y empezaron a trabajar. Ambos tenían más o menos el mismo sueldo y decidieron irse a vivir juntos a un depto en Santiago. ¡Súper bien!
Él, que nunca había tenido plata, no demoró mucho en llegar con una Smart TV gigante, una PS4 y planes de armarse un PC gamer. A ella le habían inculcado hábitos de ahorro desde chica. Abrió al segundo mes su APV y una cuenta de ahorro para vivienda.
Constanza naturalmente tomó el rol de “tesorera” dentro de la pareja. Ella era la encargada de pagar el arriendo y las cuentas para cobrarle después a Julio.
Al tercer mes ya empezaron las discusiones semanales. El tema: plata.
A Julio no le alcanzaba para pagar su tarjeta de crédito todos los meses, así que pagaba el mínimo para poder pagar su parte del depto. Así no tenía que contarle a Constanza, ya que al mismo tiempo le estaba proponiendo un viaje a Nueva York para sus primeras vacaciones en pareja.
¿Cómo esperan que termine esta historia? Les ofrezco tres opciones:
A- Constanza se entera de los hábitos financieros de Julio y decide terminar la relación. No logra ver un futuro junto a una persona con que no está en sintonía.
B- Julio logra ordenarse financieramente después de un tiempo. Pasa esa inclinación inicial por darse lujos (recuerden que venía de una familia humilde) y chanta la moto de su consumo. Conversa honestamente con Constanza y logra ordenar sus finanzas personales.
C- Constanza nunca se entera de los malos hábitos de Julio. Él sigue gastando hasta la plata que no tiene, soñando con un aumento de sueldo y ganarse el Kino para ser “feliz”.
Los datos duros
Chile no se destaca por su gran nivel de estadísticas. Por eso recurrí a la experiencia de Estados Unidos para conocer cómo influyen las finanzas en las relaciones de pareja. A los gringos les encanta tener datos de todo, así que existen una multitud de estudios relacionados al divorcio y sus causas.
Acá les dejo los puntos más destacados de los estudios disponibles en el país del norte. Ojo que aunque habla de “divorcio”, se entiende que se puede extrapolar a los que pololean, conviven o tienen algún otro tipo de relación.
Más (plata) es mejor
Los estudios dicen que un ingreso anual mayor a 50.000 dólares baja el riesgo de divorcio en hasta 30% con respecto a los que ganan menos de 25.000.
Por supuesto que esto no elimina del todo las discusiones financieras. Pero pucha que es más fácil vivir cuando tienes tus necesidades básicas cubiertas.
Estar alineados
Pensar que tu pareja gasta dinero de manera “tonta” aumenta la probabilidad de divorcio en un 45% para hombres y mujeres.
Conversen de sus gastos. Si viven juntos, tienen que presupuestar sus gastos conjuntos. Está perfecto tener tus gastos personales, pero es una tremenda señal de alerta si estás ocultando compras a tu pareja.
Discusiones
Parejas que discuten acerca de sus finanzas al menos una vez a la semana tienen un 30% más de probabilidad de divorcio.
Si conversan de antemano y planifican bien, minimizarán sus discusiones.
Activos iniciales
Las parejas que no tienen activos durante los primeros tres años de su relación tienen un 70% más de probabilidad de divorciarse en comparación a parejas que tienen 10.000 dólares en activos durante ese periodo inicial.
Esto puede ser un tema si es que tienen mucha asimetría en sus finanzas. Traten de llegar a un acuerdo que les acomode a ambos.
Recomendaciones
¿Qué puedo hacer para mejorar mis probabilidades de tener una relación exitosa? Es una pregunta compleja cuya respuesta es multivariable. Acá les daré algunos consejos en el ámbito de las finanzas personales. O mejor dicho, finanzas bi-personales.
Elige a la pareja correcta
Esto puede sonar frío, pero es el mejor consejo que les puedo dar. Si una persona de la pareja es un gastador empedernido y el otro un ahorrador estricto, no hay manera de que termine bien su relación.
En la historia de Julio y Constanza, ¿crees que eligieron bien? Quizás encajan muy bien en los demás aspectos de su relación, pero si no tienen la misma relación con la plata es altamente probable que su relación no tenga un final feliz.
Transparenten sus finanzas
Tengan conversaciones acerca de sus finanzas. Entiendo perfectamente que no le quieran contar a sus colegas y amigos cuánto ganan, pero no está bien que no se lo cuenten a su pareja. Ustedes son parte de un mismo equipo y tienen que ganar el juego juntos.
Si es un tema tabú para ustedes, agenden una Cita Financiera exclusivamente para hablar de ello. Se sacan un vinito, la tabla de quesos y la siempre confiable planilla Excel.
¿Aún tienen sus dudas? Contrátenme como moderador de su conversación. Wink wink.
Pongan objetivos comunes
Nada peor que estar en una canoa con otra persona y que estén remando para lados diferentes. Si estás en una relación de pareja seria, tienen que conversar para ponerse objetivos que le hagan sentido a ambos.
¿Cómo hacerlo? Pues conversando con tu pareja.
Palabras finales
No es fácil la vida en pareja. No lo hagan más difícil sumando la dimensión financiera. ¡Las estadísticas de separación no los acompañarán!
¿Conoces a algún Julio? ¿Quizás a una Constanza? No seas como ellos. Conversa con tu pareja de tus finanzas.
Es importante que cada uno sepa cuánto gana el otro. Y aún más importante, en qué gasta el otro. Si viven juntos, tienen que presupuestar sus gastos conjuntos además de los suyos personales.
Tengan estas conversaciones con sus parejas. ¡No se arrepentirán!
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